Ingredientes
500 g. de harina de trigo (de repostería mejor)
150 g. de azúcar blanquilla
3 huevos M
100 ml de aceite de oliva virgen extra suave
La ralladura de una naranja y de medio limón
4 cucharadas de anís dulce
1 sobrecito de levadura, 16 g. (tipo Royal ó 1 sobre doble de gasificante blanco-azul)
Aceite para freír (uso de girasol que no le aporta sabor y quedan más ligeras)
1 pellizco de sal (3 gramos)
Más azúcar mezclada con un poco de canela molida para rebozarlos.
Preparación de la masa de las rosquillas
Lavamos y rallamos la naranja y el limón, sin llegar a la parte blanca, sólo de manera superficial. Separamos las yemas de las claras. En un vaso de la batidora, batimos las claras a punto de nieve con un pellizco de sal, añadimos las yemas y mezclamos envolviendo para que no se bajen las claras. Reservamos.
Añadimos el azúcar, el aceite de oliva suave, el anís (si las rosquillas las van a comer niños, puedes sustituir el anís por zumo de naranja) y la harina a la que hemos añadido el sobre de levadura.
Batimos primero el azúcar con el aceite, el anís y los cítricos. Mezclamos con la mezcla de huevo que hemos batido y está esponjosa. Poco a poco añadimos la harina, batimos con vigor para que no se formen grumos hasta lograr una masa que ya no se peque en los bordes del bol.
Tenemos que conseguir una masa que se pegue pero manejable. Podemos untarnos las manos con aceite para manejar mejor la masa, pero sólo un poco, tampoco queremos añadir más aceite del necesario a la masa.
Preparamos una bola con la masa y la envolvemos en plástico film transparente, dejamos que repose en la nevera un par de horas.
La masa para nuestra rosquillas de anís debe ser una masa fácil de trabajar aunque a veces dependiendo de la harina y su nivel de absorción esta puede quedar algo más ligera.
Para solventar este problema una vez estés en el paso de dejar reposar la masa puedes meterla en el frigo de esta manera la masa se enfriará y será mucho más fácil su manipulación.
Preparación de las rosquillas
Pasado el tiempo de reposo de la masa, ponemos al fuego una sartén con abundante aceite de girasol y en ella vamos a hacer la fritura, serán nuestras famosas rosquillas. Un truco para aromatizar el aceite es freír dos tiras largas de cáscara de limón (sin nada de blanco de la fruta, sólo la piel) en el aceite a baja temperatura. Las dejamos en el aceite durante 10 minutos a temperatura baja, 2 sobre 10 puntos de temperatura de la inducción es suficiente.